Los músculos de la cara no son únicos

El camino sigue; las previsiones de parálisis del contacto entre el sistema nervioso y el sistema muscular se van cumpliendo. Llevo unos meses detectando la falta de agilidad en los músculos de la pierna derecha que ha ocasionado alguna caída. Ya no soy ágil con el cuerpo, aunque con la mente tengo clarísimo lo que haría, pero no hay coordinación así que el suelo es el único que me abraza y, hasta hoy, en las 5 o 6 caídas que he tenido, doy gracias porque solo he sufrido algún raspón en la piel, pero ninguna rotura de huesos.

Lógicamente, y como no puede ser de otra manera, voy aprendiendo con esto, analizando lo que ha ocurrido y tomando medidas para evitar sustos. He tomado un bastón, con el que hice el camino de Santiago, y lo uso como apoyo mental, más que físico. También presto mayor atención al punto donde voy a poner el pie derecho, para evitar el tropezón y, sobre todo, lo que hago son ejercicios al caminar, en la piscina o en casa con los músculos del pie derecho para mantenerlo lo mejor posible.

También pienso, como si fuera el concejal de urbanismo de mi ciudad, en cómo están los acerados, los pasos de peatones y todos los baches que detecto como si tuviera un escáner visual. Solo faltaría allanar un poco más todas esas irregularidades para reducir un poco el número de caídas.

Hoy, un día cualquiera, aunque encerrado entre mudanzas, y usando el portátil, he notado que el dedo anular de la mano izquierda se ha quedado bloqueado provocando un ligero, pero intenso dolor, con la cabeza enviaba órdenes para que se moviera y se posicionara correctamente, pero la señal no llegaba adecuadamente al dedo: He tenido que realizar el desbloqueo con la otra mano. Gracias a Dios, se ha quedado en eso; ahora estoy escribiendo como siempre en el teclado, moviendo todos los dedos, incluso el anular. Sabemos cómo evoluciona esta enfermedad, estas son las estaciones de penitencia que vamos a recorrer. Del mismo modo que hace casi tres años parecía un borracho al hablar, y ahora ya no puedo ni hablar ni tomar esa copa de cerveza que tanto me gustaba. ¡Tres años ya!

Solo me queda, como decía antes, evaluar en cada momento estos síntomas e ir adaptándome al día a día que vaya viniendo para seguir siempre #adelante.

Una respuesta a «Los músculos de la cara no son únicos»

  1. Hola Marcos, me gusta mucho leerte, aunque, no es especialmente lo que escribes mi motivo de alegría, porque entiendo como debes sentirte, encerrado en un cuerpo, al que tu cerebro da órdenes y no responde. Es muy injusto verte así, pero si te sirve de algo, eres un motivo de esperanza en el caminar de los días en un calendario de la vida de cualquiera, y más, los que sufrimos algún que otro motivo de flaqueza en la salud. Me inspiras y me motiva a ser fuerte. Te leo y deseo que se solucione tu problema tanto como los demás problemas de los que tenemos dolencias incuestionables.
    Creo en ti.
    Se que tu puedes por En I’m de todo lo que te eche la vida. Porque tu, de un grano de arena haces una montaña y de un día gris, un arco iris. Siempre pudiste. Para mí siempre fuiste un gran hombre de negocios, un hombre feliz, un Hombre con Una sonrisa puesta y un emprendedor inagotable. Y lo sigues siendo, un hom re con una sonrisa, un emprendedor de vida, un hombre de valor insuperable.
    Gracias por compartir tu tiempo y tus letras para comprenderte, comprendernos a nosotros mismos y enamorarnos cada día más de Marcos Sánchez. Gracias amigo.

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