Soluciones sobre ruedas

Camino con algo de dificultad, pero la insuficiencia respiratoria no me permite recorrer trechos largos. Soy un “changao” disciplinado y me dejo asesorar por familiares y amigos afectados por la ELA. Necesitaba buscar alternativas para no quedarme en casa, y me adentré en un nuevo mundo.

Siempre he sido forofo de la fórmula uno y fan de Fernando Alonso. Lo he visto en directo en Valencia y Barcelona en alguna ocasión. Resulta curioso que buscando una scooter adaptada para “changaos”, con velocidad de peatón, mi cerebro lo asocie a las carreras de alta velocidad, que tanto me gustan. Al llegarme la scooter y probarla disfruté de la sensación de alta velocidad (estaba en el salón de casa, claro) y volví a revivir momentos como aquel día en el que piloté un Ferrari en el circuito del Jarama acompañado de mis amigos Fernando, Paco y Justo. Aquel fue el regalo de mis hermanos por cumplir 50 añazos, fue un día inolvidable. Ahí queda ese recuerdo…

El primero en estrenar el scooter fue Sucre. ¡Tenía cara de ir a conducirlo de verdad! Carita de Jarama.

El scooter la he recibido sin tener que hacer ningún gasto porque formamos parte de la comunidad de ADELA (Asociación de Enfermos de ELA de España) y tienen un banco de material ortoprotésico para prestar a los enfermos. Esto me permite analizar con calma qué me puede aportar de positivo para el día a día.

El día veinticuatro de enero me la entregó en casa un técnico experto en este tipo de vehículos y me explicó con mucha claridad lo que necesito saber para su uso. La moto es eléctrica, y por tanto podrá repostar en mi casa o… ¡en la tuya si me invitas a ir a verte!

Tenía la esperanza de que la autonomía del vehículo me permitiera llegar hasta los toros de Olivenza, pero me temo que no… Consigo, eso sí, ir al Vivero a ver al Club Deportivo Badajoz con autonomía suficiente. ¡Ya tengo todo calculado para asistir al partido de ascenso de nuestro querido club!

 Entre las ventajas que me aporta el uso de este vehículo está el poder ir de mi casa a la consulta del fisioterapeuta si el terreno me lo permite. Ayer, recorrí ese trayecto para estrenar la silla y, asistí a COCEMFE a las consultas que tenía planificadas; allí pude acceder con la silla hasta el despacho de los profesionales que me atendían.

Esta es una forma nueva de «caminar» por las aceras de la ciudad. No puedo perder de vista los baches, las irregularidades, los saltos que tendré que realizar al cambiar de acera, o atravesar un paso de peatones. El único amortiguador que tiene el scooter son mis posaderas y me voy licenciando en supervisar aceras y carreteras para mejorarlas. Falta que el alcalde me homologue el título y pongamos a técnicos y obreros a trabajar con la misma visión que yo.

Nuestras viviendas, también se construyeron para jóvenes ágiles que suben y bajan escaleras de un salto sin tener que mirar al suelo. Ahora entrar en muchos portales me exige superar un escalón imposible o, rampas con una pendiente tal que dudo si un Ferrari las culminaría. Los vecinos de muchas comunidades de vecinos, deben ir asumiendo con el paso de sus años la adaptación de los espacios comunes por si algún día les toca vivir en primera persona un capítulo similar al mío.

Hoy he ido a casa de mis padres, acompañado por mi primo Pepe Luis, él camina rápido así que hemos ido a buen ritmo y disfrutando del paseo. Ha sido una alegría para ellos verme llegar con la scooter hasta su salón.

Nuevamente he encontrado solución a un problema y estoy muy contento de seguir #adELAnte y volver a pasear.

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