De Dinamarca al fin del mundo

La bici estática me aguantó muchos kilómetros hasta que llegó el día ese que una pierna no funcionaba bien y era casi imposible colocar el pie derecho en el pedal, aún así me esforzaba y, sin atarlo conseguimos pedalear un poco. Pero llegó ese momento de abandono por incapacidad, así que tuve que recolar la silla al familiar deportista y renunciar al reto que me había hecho eco de llegar a Japón pedaleando.
¿Y ahora qué hago? el deporte activo no funcionaba, así que me centro en el deporte pasivo apoyado por los fisioterapeutas de pesca y fisioasistencia, estos últimos son geniales, vienen a casa y no paso nada de frío en los viajes invernales.
Reposando los kilómetros ciclistas, dí con un juego en el portátil. El solitario de un juego de cartas de póker que siempre me ha gustado, al usar de mucho tiempo libre ahora comencé a aprender entre los 3 o 4 solitarios que Microsoft que me deja usar. Hubo uno de ellos que me desafió algo más cuando tuve unos ocho mil doscientos jugados y había fallado 150, más o menos me respondió que mi nivel de desierto era del 98%, y tú me dijiste y ¿por qué no puedes llegar al 99% ? eso significaba que no tenía que fallar ningún juego y ser constante. El reto no me importó y me tiré adelante como siempre. Había participado en la resolución en poco más de 1 minuto y otras que por el nivel de dificultad duraban una hora, han sido varios meses luchando pero hoy, el día 24 de enero de 2020 logró lograr terminar la partida 15.
La penúltima partida antes de llegar al 99%, conseguí resolverla en casi un minuto, aunque el registro lo tengo en 50 segundos.
La última partida se mezcló con la cena, los excesos de salivación y el tiempo se alargó un poco más de lo normal pero lo conseguí y mañana podría celebrar el cumpleaños de mi Rosita habiendo obtenido una réplica más en esta vida que me ha tocado. Obtuvo el porcentaje de victorias del 99%
Y, como ya no sé que le gusta que le regalen porque hace mucho que no voy con ella al FARO, le presentó a otro Marco ganador y sin barba que ella no conocía y parece que le ha surtido efecto, cada vez que me ve , me mira raramente como diciendo «no eres el mismo», «eres más joven», todo piropos para enamorarme de ella

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *