En Villamar hay vida

Últimamente vengo a comer, descansar y pasear por el campo todos los días. Preocupa a mi familia que coma bien, que tenga todo lo que necesito y no sé cuántas cosas más. Poco a poco he descubierto que se necesita muy poco para ser feliz y estar satisfecho con las cosas que se hacen. Bueno, no estoy en medio del campo, VillaMar se ha convertido en un segundo hogar porque tiene todos los medios que una familia necesita para descansar, alimentarse y distraerse. Vamos que hay TV de última generación, aunque la utilizo para escuchar música o ver los simpsons. Hay agua y vino fresco y lo más importante, si la mirada se va al norte, pasamos por Jarandilla de la Vera en nuestros recuerdos en blanco y negro. Además, tenemos internet, si somos diestros en el manejo, lo que nos permite en los ratos de ocio, atender las obligaciones personales o profesionales.

Se come estupendamente. El menú del día es bastante parecido al que tomo en casa, en restaurantes o en casas de los parientes: puré, gazpacho con tortilla, zumo y una cervecita. No me salgo mucho de la dieta blanda por no alargar mucho el tiempo y descansar después.

Tareas y entretenimientos, además de los que nos puedan aportar las tecnologías y los libros, hay muchos por aquí. Enredar en el jardín, disfrutar de la piscina, arreglar un sinfín de artilugios, ordenar, limpiar,… ¡Vamos, que los días se hacen cortos en el campo!

De quién más aprendo es de mi mascota: Sucre. Le encanta el contacto con la naturaleza y le da igual que esté sucio o limpio, con bichos o sin ellos. Se le ve muy, muy feliz. Tomo nota. Algo para aprender, siempre viene bien.

Las casualidades de la vida,… El tema más recurrente sobre el que estoy trabajando es en la constitución de la asociación, la puesta en marcha del grupo de afectados en Extremadura. A la vez estamos organizando un evento en Marbella para que un nadador que tiene dos cojones bien grandes y generosos los ponga a remojar durante veinticuatro, se haga más de noventa kilómetros entre Sotogrande y Marbella. Ida y vuelta. Todo por nosotros. Nosotros, los beneficiarios de este acto solidario, le acompañaremos por la orilla, dándole apoyo en todos los sentidos. Este es el trabajo que me ocupa estos días.

El caso, es no parar y luchar mientras haya un poco de energía por una causa tan noble como es ayudar a los enfermos de ELA. ¡¡Por tanto, siempre adELAnte!! 

 

22/07/2018 – Un año después, la vida sigue igual. VillaMar nos acoge en el día a día con las mismas cosas, aunque hay pequeños cambios, al menos en la dieta que ya ha dejado de ser «blanda» pasando a estar solo en la memoria. Ahora manda la «sonda gástrica» que hace que cada uno de los 4 momentos del día sean iguales, mismo bote, mismo menú, mismo tiempo de ingesta. Solo si estoy acompañado de alguien que coma a mi lado puedo soñar algún plato e imaginar que lo estoy comiendo.

Si hace un año, en este lugar vislumbré lo que iba a ser la organización ELA Extremadura, tras el viaje a Sotogrande y ver nadar a Jaime Caballero, ahora estoy planeando el viaje a San Sebastián a verle superar otro reto: veinticuatro horas a nado, en plenas fiestas de Donosti. Y, como el año pasado, bien acompañado de familiares y botes de batido para evitar tomar pintxos en la parte vieja… jeje.

La vida es una serie de tirones hacia atrás y hacia delante. Quieres hacer una cosa, pero estás obligado a hacer otra diferente. De comer con la boca a comer con los ojos. Seguimos #adELAnte!

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